DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

12 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 12 de diciembre

Hechos, capítulos 18 al 20

"Considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera con gozo, y cumpla el encargo que el Señor Jesús me dio de anunciar el evangelio de la gracia de Dios." (Hechos 20:24)


Estas fueron las palabras con que se despidió el apóstol Pablo de la iglesia de Efeso. El sabía que luego le esperaban prisiones, tribulaciones y mucho sufrimiento, pero estaba dispuesto a enfrentar todo eso con tal de cumplir fielmente su servicio a Dios y terminar con gozo la obra que El le había encomendado.
Cada cristiano tiene una carrera por delante que completar, y un mensaje de salvación que anunciar a este mundo; corramos de manera que lleguemos al final con nuestros ojos puestos en Aquel que nos llamó a servir en Sus propósitos eternos. Corramos anunciando las virtudes de quien nos fortalece, nos anima y consuela, y aumenta día a día nuestra fe para no desmayar.

Corramos hermanos con diligencia, sin desmayar, animándonos unos a otros, y recordando la esperanza gloriosa de vida eterna que espera por todos nosotros. Fiel es quien nos ha llamado, seamos fieles nosotros también.

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