DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

2 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, domingo 2 de enero

Efesios, capítulos 2 al 4

Despojémonos de nuestra vieja naturaleza (el viejo hombre), pues está corrompida por deseos engañosos. Revistámonos del nuevo hombre, creado según Dios para vivir con justicia, en santidad, y de acuerdo a la verdad.

Por lo tanto:
Dejemos la mentira, hablemos la verdad a nuestro prójimo.
Si nos enojamos, no pequemos. No dejemos que el sol se ponga estando aun enojados. No le demos lugar al diablo.
El que robaba, no robe más.
Ninguna palabra corrompida salga de nuestra boca, sino la que sea buena para edificar y bendecir a quienes nos escuchan.
No hagamos que se entristezca el Espíritu Santo de Dios, con el cual fuimos sellados como propiedad de Dios para distinguirnos el día de la redención.
Abandonemos toda amargura, enojo, ira, gritos, calumnias y toda clase de malicia.
Mas bien, seamos bondadosos y misericordiosos unos con otros, perdonémonos mutuamente así como Dios nos perdonó a nosotros en Cristo.
Fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni siquiera se nombren entre nosotros, porque eso no conviene al pueblo santo de Dios.
No digamos palabras deshonestas, vulgares, ni groseras; ni hablemos necedades.

Recordemos que ningún fornicario, o inmundo o avaro (que es idólatra), tiene parte en el reino de Cristo y de Dios.

No participemos de las obras infructuosas de las tinieblas, sino mas bien reprendámoslas.

Seamos imitadores de Dios como hijos amados, y andemos en luz según la nueva vida que hemos recibido en Cristo. (Efesios 4:22-32 / 5:1-11)

No hay comentarios:

Publicar un comentario