DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

14 de noviembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 14 de noviembre

Mateo, capítulos 23 al 25

La venida del Hijo del Hombre será como en los días de Noé. Los días antes del diluvio, la gente estaba comiendo y bebiendo, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos. Así será también la venida del Hijo del Hombre.
Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.
Velen, pues, porque no saben a qué hora vendrá el Señor...
Estén preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no piensan.
Bienaventurados aquellos siervos que sean hallados fieles por su Señor, el día en que El vuelva por Su iglesia. (Mateo 24:37-42, 44, 46)

Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. (Mateo 24:12)

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