• Juan, capítulo 21
• Hechos, capítulos 1 y 2
Qué responderíamos si el Señor nos preguntara como a Pedro: ¿Me amas? ¿Realmente me amas? ¿Me amas más que a todo lo demás...? (Juan 21:15-17)
Creo que nuestro corazón se quebrantaría igual que el de aquel discípulo que amaba a su Maestro a pesar de haberle negado tres veces... (Juan 18:25-27)
Pedro creía con seguridad estar dispuesto a dar su vida por Jesús; pero en el momento de la prueba falló, y ni siquiera pudo dar testimonio de que le conocía.
Cuántas veces lloramos amargamente como Pedro al darnos cuenta de nuestros errores... queremos amar al Señor y le herimos, queremos seguirle y le abandonamos, queremos dar nuestra vida por El y le negamos...
Pedro se sintió el peor de todos, pero Jesús vio en su interior un corazón arrepentido... y no le desechó. Una vez más le dio la oportunidad de seguirle y servir en Sus propósitos.
Esa misma gracia y misericordia nos muestra el Señor cuando nos arrepentimos. Al corazón contrito y humillado El no lo despreciará...
Perseveremos en Su camino y el Señor irá perfeccionando la obra que comenzó en nuestras vidas hasta que nuestro amor por El sea pleno y maduro... y realmente podamos hacerle frente a las pruebas, aflicciones y aun a la misma muerte sin soltarnos de Su mano.
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