DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

7 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 7 de diciembre

Hechos, capítulos 3 al 5

Los que todavía no han entregado sus vidas a Cristo, arrepiéntanse, conviértanse y bautícense en el nombre de Jesucristo para que sean borrados sus pecados, y reciban el Espíritu Santo. Sean salvos de esta perversa generación! (Hechos 3:19; 2:38, 40, 47)

El Señor sigue llamando y añadiendo a Su iglesia los que han de ser salvos. Respondan pronto a Su llamado. Escapen de la oscuridad que reina en el mundo, y de la maldad que habita en sus corazones, y reciban la luz de Cristo. En ningún otro hay salvación. (Hechos 4:12)
No hay otros caminos espirituales para relacionarnos con Dios. Sólo a través de Su amado Hijo, Cristo Jesús, nuestro Redentor.

Soberano Señor, Tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay... revela la verdad a quienes has llamado para ser añadidos a tu pueblo. Abre sus ojos para que puedan ver tu luz, y sus corazones se conviertan a Cristo para salvación de sus almas y para la gloria de Tu Nombre.

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