DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

8 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 8 de diciembre

Hechos, capítulos 6 al 8

La historia de la iglesia tiene numerosos valientes como Esteban (Hechos 7) que han sido muertos por causa del evangelio, sufriendo en sus cuerpos parte de lo que Jesús padeció. Sus ejemplos de fe, valor y confianza en el Señor en medio de persecuciones, tribulaciones y martirios son de gran inspiración para nuestras vidas. Ellos perdieron todo por ganar a Cristo y prefirieron la muerte antes que vivir sin El.

Cómo podremos permitir hoy, que pequeñas aflicciones quiten nuestros ojos del Señor... Recordemos a estos hermanos que han sufrido tanto por causa de la Palabra de Dios y afirmemos nuestros pasos en el camino que nos ha sido señalado. Apreciemos la libertad que tenemos no para practicar el pecado, sino para ser más diligentes en buscar a Dios y trabajar para Sus propósitos.

"Si somos muertos con El, también viviremos con El;
si sufrimos, también reinaremos con El;
si le negamos, El también nos negará.
Si somos infieles, El permanece fiel." (2 Timoteo 2:11-13)

No hay comentarios:

Publicar un comentario