DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

13 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, lunes 13 de diciembre

Hechos, capítulos 21 al 23

El Señor no nos dejará solos en ninguna prueba. El es nuestra fortaleza, quien sostiene nuestro espíritu, y renueva nuestro ánimo para seguir cumpliendo Su voluntad. (Hechos 23:11) Cobremos valor y no dejemos de dar testimonio de Aquel que es verdadero y fiel.

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