DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

16 de noviembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 16 de noviembre

Marcos, capítulos 1 al 3

[Jesús]Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. (Marcos 1:35)


La única manera de conocer a Dios, es pasando tiempo a solas con El; no hay nada más importante que apartar un tiempo del día para buscar Su presencia y tener comunión con nuestro Padre.
De qué nos sirve hacer muchas actividades en Su nombre, si hemos dejado de buscarle en oración, y de leer Su Palabra?
Podemos llegar a estar tan ocupados en 'la obra' que descuidemos nuestra relación con el Dueño de ella, nuestro Señor.
Cultivemos una vida de oración, para que tengamos entendimiento acerca de Su voluntad y obremos en todo conforme a ella.

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