DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

8 de octubre de 2010

Nuestra lectura de hoy, viernes 8 de octubre

Ezequiel, capítulos 39 al 41

La casa de Israel fue llevada cautiva a naciones enemigas por su pecado. (Ezequiel 39:23)

Nosotros también, por causa del pecado éramos cautivos del maligno... Pero el Señor, con Su propia vida pagó el precio para rescatarnos y ponernos en libertad. Los que han creído en El, ahora son siervos de la justicia para llevar una vida santa que agrade a Dios.La paga de servir al pecado es la muerte; pero el regalo de Dios para los que le sirven a El, es la vida eterna... (Romanos 6:23)

No nos hagamos de nuevo esclavos del enemigo de nuestras almas; no dejemos que el pecado domine nuestros cuerpos obligándonos a obedecerlo en sus concupiscencias. (Romanos 6:12) No menospreciemos el precio pagado por nuestra redención.

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