• Ezequiel, capítulos 39 al 41
La casa de Israel fue llevada cautiva a naciones enemigas por su pecado. (Ezequiel 39:23)
Nosotros también, por causa del pecado éramos cautivos del maligno... Pero el Señor, con Su propia vida pagó el precio para rescatarnos y ponernos en libertad. Los que han creído en El, ahora son siervos de la justicia para llevar una vida santa que agrade a Dios.La paga de servir al pecado es la muerte; pero el regalo de Dios para los que le sirven a El, es la vida eterna... (Romanos 6:23)
No nos hagamos de nuevo esclavos del enemigo de nuestras almas; no dejemos que el pecado domine nuestros cuerpos obligándonos a obedecerlo en sus concupiscencias. (Romanos 6:12) No menospreciemos el precio pagado por nuestra redención.
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