DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

4 de octubre de 2010

Nuestra lectura de hoy, lunes 4 de octubre

Ezequiel, capítulos 27 al 29

El Señor da gracia a los humildes, a los corazones contritos y humillados no los desprecia; pero se opone a los que tienen un espíritu altivo, los resiste. (Santiago 4:6)


Los corazones soberbios desean dominar a sus semejantes y sentirse superiores a ellos, son autosuficientes y buscan la autoexaltación. Todo esto es contrario al carácter de Cristo, El fue manso y humilde de corazón...

Si queremos acercarnos a Dios para conocerle más, vamos a tener que hacerlo humillándonos primero delante de El; sometiendo nuestra voluntad a la suya; negándonos a nosotros mismos; aceptando que no podemos vivir a nuestra manera, sino como a El le agrada; y dependiendo de Su Espíritu para ser guiados a toda verdad.

Que nuestra humildad no sea fingida. Busquemos al Señor con sinceridad y aprendamos esta virtud de rodillas en Su presencia. Aceptemos Sus tiempos, Sus propósitos, cada una de Sus respuestas, también Sus silencios, Su disciplina... Adorémosle en todo tiempo, en toda circunstancia, y en todo estado de ánimo... Porque El es Dios! (Ezequiel 28)

No hay comentarios:

Publicar un comentario