DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

5 de octubre de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 5 de octubre

Ezequiel, capítulos 30 al 32

Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. (Proverbios 16:18)

Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; pero el Señor pesa los corazones. Ojos altivos, corazón orgulloso, y pensamientos de impíos, son pecado. (Proverbios 21:2, 4)

Por la altivez de sus corazones, los hombres no buscan a Dios... (Salmo 10:4) Y se conducen sin cuidado por caminos que traerán sobre sus almas destrucción y juicio. (Isaías 2:5-22)

Humillémonos ahora delante del Señor, y estemos a cuentas con El. Su gracia aún está esperando recibir a todos aquellos que se vuelvan de corazón a El.

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