• Ezequiel, capítulo 48
• Daniel, capítulos 1 y 2
DANIEL fue un príncipe judío llevado cautivo desde Jerusalén a Babilonia cuando era muy joven. Allí, fue educado por los caldeos y elegido junto a otros tres compañeros suyos para servir en la corte del rey Nabucodonosor.
Estando lejos de su tierra, de sus costumbres, de su familia, y rodeado de un ambiente pagano, en una nación idólatra y corrupta, Daniel propuso en su corazón no contaminarse... (Daniel 1:8) y se mantuvo siempre fiel a Dios. Fue un hombre justo, de firmes convicciones, que llevó una vida recta y llegó a ser muy amado por Dios. (Daniel 9:23)
Su vida es un ejemplo para nosotros. Podemos, igual que él, tomar la decisión de no contaminar nuestro corazón con el estilo de vida de esta sociedad que ha perdido el rumbo y se ha pervertido por darle la espalda a Dios; podemos no dejarnos llevar por la corriente y mantenernos firmes en la convicción de vivir cada día en santidad para nuestro Dios. Es una elección personal que seguramente nos traerá problemas en la tierra, pero contaremos con el respaldo de Dios, con Su fortaleza y Su favor... Esto es mucho más que todo lo que el mundo nos puede ofrecer.
◘
DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21
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