DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

10 de septiembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, viernes 10 de septiembre

Jeremías, capítulos 12 al 14

Volvamos nuestros corazones al Señor, inclinemos nuestros oídos para escucharle. Atendamos Sus palabras y glorifiquemos Su nombre antes que El convierta la luz en oscuridad para los que no quisieron buscarle.

¿Cuánto tardaremos en humillarnos delante de Dios y reconocer nuestras iniquidades?
¿Cuánto tardará nuestro corazón en arrepentirse y apartarse de la impiedad?
¿Cuándo nos purificaremos para estar al fin limpios?
¿Cuándo invocaremos Su nombre y nos convertiremos por completo al Señor nuestro Dios?

¡No dejemos pasar más tiempo!!


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