DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

9 de septiembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 9 de septiembre

Jeremías, capítulos 9 al 11

No nos gloriemos en nuestra sabiduría, ni en nuestro poder, ni en las riquezas que poseemos... ni en ser reconocidos por los demás. Que nuestra gloria sea entender y conocer al Señor nuestro Dios.

¿Cómo sabemos si conocemos a Dios?

Los que le conocen, guardan Sus mandamientos. El que dice: 'Yo le conozco' pero no le obedece, miente y la verdad no está en él. Pero el que guarda Su Palabra conoce a Dios, y en él se perfecciona Su amor.
Si decimos que le conocemos, obedezcamos sus Palabras, permanezcamos en Su amor... y andemos como Cristo anduvo. (Jeremías 9:23-24 / 1 Juan 2:3-6)

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