DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

8 de septiembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 8 de septiembre

Jeremías, capítulos 6 al 8

Inclina tu oído, escucha Su voz, y El será tu Dios. Anda en Sus caminos y obedécele para que te vaya bien y halles descanso para tu alma.

Si has caído, levántate.
Si te has desviado, vuelve al camino.
Si has errado, regresa a la Verdad.

No seamos hijos rebeldes, obstinados en seguir los consejos torcidos de nuestro corazón. Arrepintámonos de nuestras maldades y admitamos la corrección de nuestro Padre.

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