DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

7 de septiembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 7 de septiembre

Jeremías, capítulos 3 al 5

Si los corazones apartados se convirtieren nuevamente al Señor, El sanará sus rebeliones... Si se volvieren de sus caminos torcidos y reconocieren su iniquidad, El les perdonará.
(Jeremías 3:22, 4:14)

No hay comentarios:

Publicar un comentario