DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

5 de septiembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 5 de septiembre

Isaías, capítulos 63 al 65


"He aquí Yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria... Y se gozarán y alegrarán para siempre en las cosas que Yo he creado..." (Isaías 65:17-18)

Nosotros esperamos, según la promesa del Señor, cielos nuevos y tierra nueva donde mora la justicia. Allí Dios enjugará nuestras lágrimas, y no habrá mas muertes, ni llanto, ni lamento, ni dolor... Las primeras cosas habrán pasado, y El hará nuevas todas las cosas....
Esta es la promesa fiel y verdadera de Dios para cada hijo suyo.

Por eso, queridos hermanos, mientras dura la espera, procuremos con diligencia ser hallados por nuestro Señor sin mancha, irreprensibles, y en paz. (2 Pedro 3:13-14/Apocalipsis 21:4-5)


Un poco más, y El que ha de venir, vendrá... No tardará! No desmayemos, ni decaiga nuestra esperanza. El Señor viene pronto a buscar a Su iglesia!


Bienaventurados los que han sido lavados con la sangre del Cordero y sus corazones están limpios... porque ellos verán a Dios! (Mateo 5:8)

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