DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

25 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 25 de agosto

Isaías, capítulos 30 al 32

¡Ay de los hijos que se apartan y buscan consejo fuera del Señor; que hacen planes sin tomarle en cuenta, preparan proyectos que El no les inspiró y actúan sin consultarle; que ponen su esperanza en las cosas de este mundo; que buscan apoyo y protección fuera de El, y se refugian fuera de Su sombra... Están amontonando pecado sobre pecado a causa de su rebeldía!

Pero son bienaventurados los que mantienen su confianza puesta en el nombre del Señor. Al quedarse quietos y tranquilos serán fortalecidos. El los salvará y dará a sus almas descanso y reposo... Si ellos claman, el Señor oirá su voz, les responderá y Su Espíritu les guiará por el camino que deben andar.
Serán amparados, librados y preservados los que esperan Su salvación!

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