DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

24 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 24 de agosto

Isaías, capítulos 27 al 29

Dice el Señor: 'Este pueblo se acerca a mí de palabra, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí...' (Isaías 29:13)

Seamos sinceros con Dios. Podemos tener apariencia de piedad y engañar a quienes nos rodean... pero nadie puede engañar a Dios, ni burlarse de El, ni mantener oculto su pecado (Isaías 29:15). Tarde o temprano el Señor revelará la verdad de nuestro corazón (Lucas 12:3).

Qué ven Sus ojos cuando miran nuestro interior? Encuentran hipocresía, falsedad, engaño, mentiras, pecados ocultos...?

Es hora de arrepentirnos y arreglar nuestras cuentas con Dios. Vivamos en la luz como verdaderos hijos suyos, caminemos en integridad, levantemos manos santas en Su presencia, y honremos Su nombre no sólo de labios sino también con todo nuestro corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario