DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

26 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 26 de agosto

Isaías, capítulos 33 al 35

El que camina en justicia y habla lo recto; el que no se enriquece abusando de la fuerza ni acepta sobornos, el que tapa sus oídos para no oir propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.
Sus ojos verán al Rey en Su hermosura... Ellos verán Su gloria.

Fortalezcan, pues, sus manos cansadas, afirmen sus rodillas debilitadas. Digan a los de corazón apocado: ¡Esfuércense, no teman! Nuestro Dios viene con retribución, con pago. El mismo vendrá y nos salvará. (Isaías 33:15-17/35:3-4)

Caminemos en santidad, el Señor está con nosotros para ayudarnos!
El es el quien nos ciñe de fuerza, y el que despeja nuestro camino; quien hace nuestros pies como de ciervas, y nos hace estar firmes en las alturas. (2 Samuel 22:33-34)

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