DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

18 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 18 de agosto

Isaías, capítulos 9 al 11

El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos... (Isaías 9:2)

El Señor es la luz de un nuevo día que trajo esperanza y alegría a nuestras vidas y quebró el yugo que nos oprimía. El es nuestro Redentor. Su nombre es Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.

La luz vino al mundo, pero aún hoy hay muchos que todavía caminan sin rumbo y en oscuridad, esclavos del pecado y del maligno... Ellos necesitan que Cristo amanezca en sus corazones, alumbre sus ojos, y encamine sus pies por el camino de la paz... Pero lo triste es que la mayoría ama más las tinieblas que la luz, saben que sus obras son malas pero no quieren cambiar...
Qué engañados están para aborrecer así una salvación tan grande, y exponer sus almas a la condenación eterna...

Los que hemos creído, sigamos anunciando las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable, sigamos compartiendo con valor la buena noticia de salvación, sigamos clamando a Dios por los que están perdidos... para que puedan volverse de su error antes que sea demasiado tarde.

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