DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

19 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 19 de agosto

Isaías, capítulos 12 al 14

Dios es quien me salva; mi confianza está puesta en Cristo, no temeré... El Señor es mi fortaleza y mi canción, El es mi refugio y mi Salvador. (Isaías 12:2-3)

También ustedes pueden beber con alegría en esta fuente de salvación... y sus almas no volverán a tener sed jamás, porque esta agua brotará en sus corazones como un manantial de vida eterna.

Vengan a Cristo los que están trabajados y cargados, y El los hará descansar. Si alguno tiene sed, pruebe el agua que Cristo da. Y de su interior correrán ríos de agua viva… (Mateo 11:28-29/ Juan 7:37)

Vengan pronto a la fuente de salvación y vida eterna; vengan con corazones arrepentidos y gusten qué bueno y misericordioso es el Señor.

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