DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

20 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, viernes 20 de agosto

Isaías, capítulos 15 al 17

Nunca olvidemos a nuestro Dios y Su gran salvación. Fuimos rescatados por la sangre de Cristo, nuestras culpas fueron clavadas con El en la cruz; nuestras almas fueron puestas en libertad desde el momento en que creímos. El es nuestra roca firme y nuestro refugio por siempre! (Isaías 17:10)

Gracias, Señor, por tanta misericordia y amor vertidos en nuestro favor.

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