• Eclesiastés, capítulos 2 al 4
El libro de Eclesiastés fue escrito por el rey Salomón, famoso por su sabiduría y riquezas. En su vida obtuvo todo lo que quiso: alegró su corazón con risas y placeres, agasajó su paladar con manjares y vino, deleitó sus oídos con cantores y toda clase de instrumentos musicales; engrandeció su reino edificando casas para él, plantando viñas, haciendo huertos y jardines; hizo estanques de agua para sus bosques; compró siervos y siervas, amontonó plata y oro, dio a sus ojos y a su corazón todo lo que desearon... Y luego miró toda la obra de sus manos, el tiempo que había invertido en ellas, y sintió aflicción en su espíritu y desesperanza pues nada de esto logró satisfacerle en verdad.
Vio al fin que debajo del sol en lugar de justicia hay impiedad, iniquidad, violencia, toda clase de malas obras, y oprimidos sin tener quién los consuele.. Y pensó en Dios que es justo, y juzgará a la tierra con justicia...
Qué dichosos son los que temen a Dios, y satisfacen sus almas en Su presencia refugiándose en Su misericordia y salvación provista por Cristo.
La vida es más que la comida y la bebida, es más que los placeres y riquezas... Hay una vida que es abundante y plena, que la disfrutan aquellos que buscan primero el reino de Dios y Su justicia.
◘
DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21
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