DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

10 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 10 de agosto

Eclesiastés, capítulos 5 al 7

No te dejes llevar por el enojo, porque el enojo reposa en el corazón de los necios. (Eclesiastés 7:9)

Si se enojan, no pequen; y procuren que el enojo no les dure todo el día. No le den lugar al diablo.
Quiten de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia, y toda malicia. Sean benignos unos con otros, misericordiosos, perdónense unos a otros, como Dios también los perdonó a ustedes en Cristo. (Efesios 4:26, 31-32)

No hay comentarios:

Publicar un comentario