DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

11 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 11 de agosto

Eclesiastés, capítulos 8 al 10

Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante Su presencia. (Eclesiastés 8:12)

Guarda silencio ante el Señor, y espera con paciencia a que El te ayude. No te alteres por el que prospera haciendo maladad en su caminar. (Salmo 37:7)

El Señor mostrará Su salvación a aquellos que temen Su nombre. Seamos fieles a Dios y guardemos Su Palabra, perseveremos en Su camino porque al final del recorrido heredaremos la vida eterna.

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