DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

12 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 12 de agosto

Eclesiastés, capítulos 11 y 12
Cantares, capítulo 1

Alégrate, joven, ahora que estás lleno de vida; disfruta de lo bueno en tu adolescencia; anda en los caminos de tu corazón y sigue tras lo que ven tus ojos... pero recuerda que de todo ello Dios te pedirá cuentas.
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud. Teme a Dios y guarda Sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. (Eclesiastés 11:9, 12:1, 13)

Puedes hacer todo lo que desees... pero ten presente que no todo te conviene, no todo te edifica, no todo ayuda para la salvación de tu alma... (1 Corintios 10:23)

Huye de las pasiones de la juventud, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. (2 Timoteo 2:22)

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