DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

28 de julio de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 28 de julio

Salmos, capítulos 147 al 149

Mi alma está dispuesta a cantarte, Señor; te alabaré con todo mi corazón porque Tú eres mi fuerza y salvación.


Desde que sale el sol hasta que se pone, sea alabado tu nombre, oh Dios...
Que lo alaben desde el cielo, sus ángeles, el sol y la luna, las estrellas, las lluvias. Que lo alabe el universo, porque con una orden suya fue creado todo lo que existe.

Que lo alabe la tierra! El viento, los montes y collados, el mar profundo, los árboles y animales. Niños, jóvenes, ancianos... alabemos todos juntos el nombre del Señor, pues sólo Su nombre es altísimo.

¡Su gloria está por encima del cielo y la tierra!

Alábenle todos sus santos, los que temen a Dios y le buscan con fidelidad... ¡Alabado sea por siempre nuestro Señor y Salvador!

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