DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

27 de julio de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 27 de julio

Salmos, capítulos 144 al 146

¡Bendice alma mía al Señor! Exalta a tu Dios y Rey, y bendice Su nombre. Alábale cada día porque El es grande y digno de toda alabanza. Alma mía, no te calles dentro de mí; publica Su grandeza, proclama Su inmensa bondad, canta a tu Señor porque El es justo.

Alaben al Señor todos sus santos, bendigan Su nombre los que han sido redimidos por la sangre del Cordero.
Tú estás cercano a todos los que te invocan de verdad. Oirás su clamor y los salvarás.
En ti hay libertad para los cautivos, luz para los que andan en oscuridad, liberación para los oprimidos...
Bienaventurados los que ponen su esperanza en ti.

Alma mía, bendice al Señor por siempre. El es tu roca, tu fortaleza y tu libertador. ¡Engrandece Su nombre porque El es digno de toda tu adoración!

¡Bendeciré al Señor con todo mi ser!!

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