DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

20 de abril de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 20 de abril

2 Reyes, capítulos 15 al 17

Cada vez que el pueblo de Israel clamaba al Señor, El los libraba de sus enemigos. Pero luego, en lugar de seguir al Señor, los israelitas seguían pecando contra Dios: adorando a otros dioses, imitando a las naciones paganas, practicando la adivinación y los augurios, cometiendo acciones malvadas en secreto...

El Señor les advirtió muchas veces que se volvieran de sus malos caminos, pero ellos no le hicieron caso, sino que fueron tercos y endurecieron su corazón y no le obedecieron. Despreciaron Su Palabra, y el pacto que había hecho con sus antepasados, y las enseñanzas que les había dado; y siguieron la vanidad y se hicieron vanos viviendo de acuerdo a las naciones paganas que estaban a su alrededor. Sirvieron a dioses sin ningún valor y perdieron ellos también su valor entregándose a hacer lo malo ante los ojos del Señor... Y el Señor los arrojó de Su presencia entregándolos en manos de sus enemigos y permitiendo que fueran llevados cautivos a otra nación.

No seamos nosotros obstinados como fueron los israelitas, no endurezcamos nuestro corazón contra Dios. El nos ama tanto que dio a Su único Hijo: Jesucristo, para salvarnos de nuestros pecados y ofrecernos Su perdón... no menospreciemos Su sacrificio en la cruz donde El cargó con nuestras culpas y recibió el castigo por nuestra maldad... Volvámonos de todo corazón al Señor, dejemos de vivir como este mundo y obedezcamos Su Palabra, dejemos de idolatrar a hombres y mujeres y de tenerlos como modelos en nuestras vidas... Arrepintámonos de nuestra vanidad, de nuestro orgullo, de los deseos impuros de nuestros ojos y de nuestro corazón, de vivir sólo para poseer más... perdiendo lo que es realmente importante... Perdiendo la eternidad con Cristo!!
Ahora es el tiempo de buscar Su presencia y arrepentirnos de nuestra rebeldía. No rechacemos Su gracia... porque el tiempo se acaba, esta vida es pasajera, nadie tiene contados los días que le restan sobre la tierra, puede llegar nuestra hora en cualquier momento y encontrarnos desprevenidos...

"Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio." (Hebreos 9:27)
Nuestras vidas van a ser juzgadas por Dios, escapemos del castigo eterno lavando 'nuestras ropas' en la sangre del Cordero que quita el pecado del mundo... Sólo Jesús puede justificarnos delante de Dios en el día del juicio. Abandonemos toda obra de maldad y busquemos la santidad...

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