DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

22 de abril de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 22 de abril

2 Reyes, capítulos 21 al 23

No hubo otro rey antes ni después de Josías que como él se volviera al Señor con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas. (2 Reyes 23:25)

Durante su reinado, él ordenó restaurar y embellecer el templo de Jerusalén, construído por Salomón. Durante la obra, se encontró el libro de la ley de Moisés, y lo llevaron al rey y se lo leyeron.
Y cuando Josías oyó las palabras del libro y las terribles consecuencia de abandonar a Dios (Deuteronomio capítulos 28 al 30), su corazón se conmovió y se humilló delante del Señor y lloró en Su presencia por los pecados con que otros reyes y el pueblo habían ofendido a Dios, y porque no habían guardado Su Palabra.

Josías quitó del templo toda la inmundicia con que había sido profanado y extirpó la idolatría y todo lo contrario a la Ley de Dios (2 Reyes 23:4-20), y restauró el verdadero culto al Señor comprometiéndose a obedecerle y seguirle fielmente.

Nosotros somos templo del Espíritu Santo (1 Corintios 3:16). Cómo está Su morada?
Es necesario quitar la inmundicia acumulada, es hora de renovar nuestro compromiso con el Señor y nuestra comunión con El.

"El Señor dice a su pueblo:
Párense en los caminos, y miren, pregunten por las sendas antiguas, cuál es el buen camino, y anden por él, y hallarán descanso sus almas." (Jeremías 6:16)

"Levanten las manos caídas, y renueven las fuerzas de sus rodillas debilitadas, y hagan sendas derechas para sus pies; para que sane el pie que está cojo y no se tuerza más." (Hebreos 12:12-13)

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