DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

26 de marzo de 2010

Nuestra lectura de hoy, viernes 26 de marzo

1 Samuel, capítulos 17 al 19

Cuánto bien nos hace la historia de David. Un hombre conforme al corazón de Dios, que confió en El y enfrentó cada circunstancia adversa apoyándose en el Señor. No le importó si sus recursos eran escasos, inapropiados, o si otros lo consideraban incapaz e inexperto... él sabía que su victoria no dependía de sus fuerzas, su victoria estaba en el nombre del Señor!

Si estás desanimado, abatido, turbado o atemorizado; si te sientes derrotado y sin salida... puede ser que estés mirando la vida desde la perspectiva equivocada. Levanta tu mirada al cielo... de allí viene nuestra salvación. Nuestro socorro está en el nombre del Señor!!

Aunque a nuestro alrededor cunda el pánico, la desesperanza y la desesperación, nosotros confiaremos en el Señor nuestro Dios. Nos refugiaremos en Su poder y aguardaremos Su salvación. Si Dios está con nosotros... quién podrá hacernos frente? Las circunstancias no podrán derribarnos si nuestros pies están sobre la Roca firme!

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