DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

5 de febrero de 2010

Nuestra lectura de hoy, viernes 5 de febrero

Levítico, capítulos 16 al 18

Las costumbres morales y religiosas de nuestra decadente sociedad, no deben ser las que marquen nuestro estilo de vida. Debemos vivir de acuerdo al orden establecido por Dios.
La idolatría y la inmoralidad sexual, son abominables delante de El. Debemos apartarnos de toda práctica impura. (Levítico 18:3-5, 21, 31)

No nos adaptemos a este siglo, no nos conformemos a esta generación... obedezcamos los principios de Dios, renovemos nuestros pensamientos de acuerdo a Su verdad.

"No vivan ya como vive todo el mundo.
Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar.
Así podrán saber qué es lo que Dios quiere,
es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto."
(Romanos 12:2)

No hay comentarios:

Publicar un comentario