Las costumbres morales y religiosas de nuestra decadente sociedad, no deben ser las que marquen nuestro estilo de vida. Debemos vivir de acuerdo al orden establecido por Dios.
La idolatría y la inmoralidad sexual, son abominables delante de El. Debemos apartarnos de toda práctica impura. (Levítico 18:3-5, 21, 31)
No nos adaptemos a este siglo, no nos conformemos a esta generación... obedezcamos los principios de Dios, renovemos nuestros pensamientos de acuerdo a Su verdad.
"No vivan ya como vive todo el mundo.
Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar.
Así podrán saber qué es lo que Dios quiere,
es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto."
(Romanos 12:2)
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