DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

6 de febrero de 2010

Nuestra lectura de hoy, sábado 6 de febrero

Levítico, capítulos 19 al 21

Dios quiso formar una nación santa, un pueblo diferente, apartado para su Dios.
Por eso, las leyes que les dio a los israelitas remarcaban tanto la santidad.

"Sean ustedes santos, pues yo, el Señor su Dios, soy santo." (Levítico 19:2)

"Conságrense completamente a mí, y sean santos, pues yo soy el Señor su Dios." (Levítico 19:7)

"Ustedes deben ser santos para conmigo, porque yo, el Señor, soy santo y los he apartado de los demás pueblos para que sean míos." (Levítico 20:26)

El término "santo" significa 'puro'. También se traduce como 'separado', 'puesto aparte', 'consagrado'.
Ser santo consiste en estar separado de toda contaminación, de todo pecado.

La santidad es una cualidad fundamental de Dios y también es una característica indispensable de un verdadero cristiano.

La iglesia es el pueblo santo que Dios sigue formando. Esta iglesia no son los lugares donde se reúne la gente, no son las personas que van a la reunión los domingos... La iglesia está formada por los hijos de Dios. Y un hijo de Dios es el que obedece a su Padre y no practica el pecado. Un hijo de Dios es santo porque aparta su corazón de las cosas que lo contaminan.

Ser santo no es enclaustrarse y llevar una vida solitaria ni mística. Ser santo significa vivir en medio de este mundo agradando y obedeciendo a Dios. Haciendo brillar la luz de Cristo para que otros puedan verla.

Jesús prometió volver a buscar a Su iglesia amada. Purifiquémonos, preparémonos y mantengámonos 'despiertos' porque no sabemos el día ni la hora en que volverá...
Si nos hemos contaminado con las costumbres de este mundo... es hora de arrepentirnos y volvernos a Dios...

No hay comentarios:

Publicar un comentario