DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

11 de febrero de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 11 de febrero

Números, capítulos 7 al 9

Moisés iba al tabernáculo para hablar con Dios... y escuchaba Su voz... y hablaba con El. (Números 7:89)

Dios aún sigue hablando a quienes toman tiempo para estar con El y escucharle. Ya no necesitamos ir a algún lugar específico para oírle... El habla a nuestro corazón, de diferentes maneras... Estemos atentos y aprenderemos a reconocer Su voz.

"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen..." (Juan 10:27)

Rodeados de tantas distracciones y del bullicio contínuo de este mundo... y también de nuestro corazón... te pedimos, Señor, oídos sensibles y atentos a tu voz. Deseamos escucharte, y obedecerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario