DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

29 de enero de 2010

Nuestra lectura de hoy, viernes 29 de enero

Exodo, capítulos 35 al 37

Para trabajar en la construcción del tabernáculo, Dios capacitó hombres y mujeres y los dotó de Su Espíritu, de sabiduría y de un corazón voluntario. (Exodo 35:22, 36:2) Ellos llevaron a cabo esa gran obra para su Dios.

Quiénes son hoy los hombres y mujeres de corazón dispuesto, a quienes Dios está llamando y capacitando para llevar a cabo Su obra?

"La cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla." (Mateo 9:37-38)

Muchos son los que necesitan entrar al reino de Dios, pero hay muy pocos para anunciarles las buenas noticias...
Habrá entre nosotros alguien que sienta en su corazón el impulso de responder a este llamado de Dios? Tal vez no sea necesario irse lejos, a otras naciones... sino estar dispuestos a compartir a Cristo con quienes están necesitados a nuestro alrededor.

Dios nos va a capacitar, confiemos en El, y anunciemos con valor el mensaje de salvación porque el tiempo es corto... Invirtamos con sabiduría nuestros días, poniendo nuestros ojos en las cosas eternas y en hacer Su voluntad.

¡Señor, envía muchos hombres y mujeres, con corazón dispuesto a anunciar a este mundo tu gran salvación!

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