DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

27 de enero de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 27 de enero

Exodo, capítulos 29 al 31

Ya no necesitamos hacer sacrificios para acercarnos a Dios... (Exodo 29:38-46)

Porque Jesús llevó nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores... fue herido por nuestras rebeliones, golpeado por nuestros pecados... El castigo que sufrió en nuestro lugar nos trajo la paz, y por Su llaga fuimos nosotros curados...
Todos nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; pero el Señor cargó en El el pecado de todos nosotros...

Lo llevaron como cordero al matadero, se lo llevaron injustamente, y El se quedó callado... Se entregó a la muerte y fue contado entre los malvados, cuando en realidad estaba cargando con los pecados de muchos para que ellos fueran perdonados... (Isaías 53:4-7,12)
El es el Cordero de Dios
que quita el pecado del mundo...
(Juan 1:29)

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