DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

23 de noviembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 23 de noviembre

Lucas, capítulos 6 al 8

"Bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en Mí." (Lucas 7:18-23)

Bienaventurado el que no halla tropiezo en los silencios de Dios, en Su obrar sin explicaciones, en Sus demoras... en Sus tiempos.
Bienaventurado es quien no halla tropiezo en Su voluntad y puede incluso amarla y preferirla por sobre cualquier otro camino.
Bienaventurado el que sigue al Señor aún sin comprenderle, y puede adorarle en medio de cualquier situación que viva.
Bienaventurado el que pone toda su confianza en Su nombre y permanece fiel en Su camino por amor a Aquel que le llamó.
Bienaventurado todo el que no vuelve atrás en los valles de oscuridad (enfermedad, soledad, escaséz...)
Bienaventurados los que le aman de verdad, porque nada los podrá separar de Su amor... Ni la vida, ni la muerte, ni las pruebas, ni ninguna otra dificultad los separará del amor de Dios que es en Cristo Jesús.

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