DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

1 de noviembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, lunes 1 de noviembre

Zacarías, capítulos 2 al 4

Satanás, el enemigo de la salvación de nuestras almas, es el adversario de todos los santos que han creído en Cristo Jesús.
El es quien nos acusa delante de Dios día y noche (Zacarías 3:1, Apocalipsis 12:10-11) y planea cómo engañarnos, destruirnos y robarnos la fe. Pero podemos vencerle por medio de la sangre del Cordero. Si le resistimos, huirá de nosotros. (Santiago 4:7)

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que los justifica.
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; el que resucitó; y el que está sentado a la diestra de Dios e intercede por nosotros. (Romanos 8:33-34)

Vivamos en comunión con Dios, andemos siempre revestidos de toda la armadura espiritual para no ser alcanzados por los misiles del maligno, sus dardos están encendidos de incredulidad, desánimo, tibieza, altivez, impureza, falta de perdón...

Estemos firmes en la verdad que nos ha sido enseñada por medio del evangelio, no dejemos de orar. El Espíritu Santo es quien nos guiará a toda verdad, y el que nos dará poder para vencer sobre toda fuerza del mal.

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