DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

31 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 31 de agosto

Isaías, capítulos 48 al 50

El Señor es nuestro Dios que nos enseña provechosamente, y nos encamina por el camino que debemos seguir.
Aunque debamos atravesar desiertos, si permanecemos con El, el calor de la aflicción no podrá dañarnos; y nuestra sed será saciada pues nuestro buen Pastor nos conducirá a manantiales de aguas.

Los que esperan en el Señor no serán defraudados. El es nuestro Salvador, nuestro Redentor y nuestro Defensor.
Mantengámonos firmes como una roca en la esperanza que tenemos y no nos avergoncemos de haber creído en Su nombre. Cercano está de nosotros el que nos salva. No perdamos la fe ni la confianza en Sus Palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario