DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

29 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 29 de agosto

Isaías, capítulos 42 al 44

El Señor dice a sus hijos: 'No teman, yo les he libertado; yo les llamé por sus nombres, ustedes son míos.

Si tienen que pasar por el agua, yo les acompañaré.
Si tienen que cruzar ríos, no se ahogarán.
Si tienen que pasar por el fuego, no se quemarán.

Yo soy vuestro Salvador, les he adquirido porque les aprecio, son de gran valor y les amo.
Les he elegido para que me conozcan y confíen en mí, y entiendan quién soy. Fuera de mí, nadie puede salvar. Yo soy el que borro sus rebeliones, y no me acordaré de sus pecados.
Otra vez abriré para ustedes camino en el desierto, y ríos en la soledad.' (Isaías 43)

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