• Salmos, capítulos 132 al 134
¡Qué bueno y agradable es, que los hermanos vivan juntos en armonía! Allí es donde envía el Señor bendición y vida eterna. (Salmo 133:1,3)
Si somos hijos de Dios, entonces somos hermanos... Pertenecemos a una misma familia por medio de la fe en Cristo Jesús; y para nuestro Padre es importante que Sus hijos se amen, se perdonen y busquen vivir en paz unos con otros.
Jesús mismo nos mandó: 'Amense unos a otros como Yo los he amado.' (Juan 15:12)
No podemos decir que amamos a Dios si aborrecemos a un hermano. Es muy grave la falta de amor y de perdón entre los que somos de la familia de Dios.
El que ama a Dios, ame también a su hermano... (1Juan 4:21)
Todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. (1 Juan 3:10)
Cuando estemos orando, perdonemos si tenemos algo contra alguno, para que también nuestro Padre celestial nos perdone a nosotros nuestras ofensas. Porque si nosotros no perdonamos, tampoco nuestro Padre que está en los cielos perdonará nuestras ofensas... (Marcos 11:25-26)
Recordemos que si Dios no nos perdona... seremos condenados.
Por lo tanto, amémonos con amor fraternal. Perdonemos, para ser perdonados por Dios. Busquemos la paz y la santidad. Y contaremos con Su bendición, y heredaremos la vida eterna!
◘
DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21
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