DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

24 de julio de 2010

Nuestra lectura de hoy, sábado 24 de julio

Salmos, capítulos 135 al 137

Los que temen a Dios, bendigan Su nombre. Denle gracias porque Su amor es eterno y para siempre es Su misericordia.
El es el Dios verdadero, el Señor de señores, el único que hace maravillas y milagros, el que creó con entendimiento los cielos y la tierra. Quien nos ha liberado de la esclavitud del pecado por medio de nuestra fe en Jesucristo.
El Señor es nuestro buen Pastor que nos guía por caminos rectos, conduciéndonos con amor, confortando nuestra alma con Su Espíritu aún en medio de los desiertos. En nuestro abatimiento El se acuerda de nosotros, y nos sustenta con Su Palabra. Unidos a Cristo podremos vencer y heredar todas Sus promesas. (Salmo 136)
Nos sobran los motivos para darle gloria y bendecir Su nombre por todo lo que Dios hace a favor nuestro, según confiamos en El.

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