DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

25 de julio de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 25 de julio

Salmos, capítulos 138 al 140

"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno." (Salmo 139:23-24)

Necesitamos exponer nuestras vidas frente a Dios, y permitir que nuestros pensamientos sean renovados y enderezados de acuerdo a los Suyos.

Para que cambie nuestra forma de actuar, debe cambiar primero nuestra forma de pensar... y esto es posible pasando tiempo a solas con nuestro Padre, alimentándonos con Su Palabra y meditando en ella, reconociendo lo que no hemos alcanzado, y anhelando ser cada día más parecidos a Cristo.

Detengámonos... y acudamos a Su presencia para que El nos examine y guíe en Su camino; no vaya a ser que estemos andando caminos que no son los Suyos, que tal vez parecen buenos pero no concuerdan con Su voluntad.

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