• Salmos, capítulos 84 al 86
Mi alma anhela al Señor; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. El es mi Dios!!
Bienaventurados los que tienen en ti sus fuerzas y en cuyos corazones están tus caminos. Cuando pasen por un valle de lágrimas, con tu ayuda podrán cambiarlo en fuente.
Mejor es estar en tu presencia, que fuera de ella practicando la maldad.
Tú eres el sol que nos alumbra y el escudo que nos protege. Dichosos los que confían en ti!
Enséñanos, Señor, tu camino... para que andemos según tu verdad. Afirma nuestros corazones para que teman tu nombre.
Te alabaré mi Dios con todo el corazón por tu misericordia y tu gran salvación!
(Salmos 84:2-6, 10-12; 86:11-12)
◘
DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21
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