DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

29 de junio de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 29 de junio

Salmos, capitulos 60 al 62

"Si aumentan tus riquezas, no pongas el corazón en ellas." (Salmos 62:10)

"Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón." (Mateo 6:21)

Si lo que más valoramos son nuestras posesiones y ganancias terrenales, invertiremos nuestro tiempo en protegerlas, aumentarlas y disfrutarlas... Pero si nuestro tesoro es Cristo, nos preocuparemos por lo que tiene valor eterno, por conocer Su voluntad y obedecerle.

No hagamos de las riquezas nuestro dios. Nadie puede servir a dos amos... No podemos servir a Dios y a las riquezas a la vez. (Mateo 6:24)

"Guardémonos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee." (Lucas 12:15)

Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos llevarnos. Asi que, teniendo sustento y abrigo, estemos contento con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en la trampa de muchos deseos insensatos y perjudiciales, en codicias necias que hunden a los hombres en la destrucción y la condenación; porque raíz de todos los males es el amor al dinero; muchos, por codicia, se han desviado de la fe y han llenado de sufrimiento sus propias vidas.
Pero nosotros, huyamos de estas cosas, y sigamos la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Peleemos la buena batalla de la fe, echando mano de la vida eterna, a la cual fuimos llamados.
Y los ricos de este siglo, no sean altivos, ni pongan la esperanza en sus riquezas, las cuales son inciertas y pasajeras, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Hagan el bien, sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando buen fundamento para lo por venir... Echen mano de la vida eterna!! (1 Timoteo 6:6-12, 17-19)

Busquemos primeramente el reino de Dios y Su justicia... todo lo demás vendrá como añadidura. (Mateo 6:33)

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