DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

5 de mayo de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 5 de mayo

2 Crónicas, capítulos 6 al 8

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro,
y se convirtieren de sus malos caminos;
entonces yo oiré desde los cielos,
y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra." (2 Crónicas 7:14)

Arrepintámonos de nuestros pecados y volvámonos a Dios de todo corazón. El es fiel para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).
No hay nadie que sea justo delante de El, necesitamos la sangre de Cristo para quitar nuestras culpas y ser perdonados.
Humillémonos delante de Dios, busquemos Su rostro como dice Su Palabra... y El nos oirá.

Perdona Señor nuestra indiferencia, nuestra falta de temor a tu nombre, nuestro corazón indispuesto a someterse a tu voluntad. Perdona nuestra desobediencia u obediencia parcial a tu Palabra. Nos humillamos delante de ti, invocamos tu nombre y nos arrepentimos de todo corazón. Queremos buscar tu rostro y permanecer en tu luz. Queremos tomar nuestra cruz cada día, negarnos a nosotros mismos y seguir a Cristo hasta el fin.

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