• Ester, capítulo 10
• Job, capítulos 1 y 2
JOB fue un hombre recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Tuvo que atravesar circunstancias muy duras: la pérdida de todos sus bienes, la muerte de todos sus hijos y luego una enfermedad en su propio cuerpo. Sin embargo, dice la Biblia que Job adoró a Dios en medio de su profundo dolor y bendijo Su nombre (Job 1:20-22).
Job amaba a Dios por lo que El era, y no sólo por las bendiciones que recibía de Su mano. Por eso se mantuvo firme en la adversidad.
Si buscamos a Dios sólo para ser bendecidos, en los momentos de prueba y dificultad perderemos la fe...
No miremos las manos de Dios, busquemos Su rostro. Que Su presencia sea la alegría de nuestro corazón. Para que en las horas duras podamos aceptar lo que viene de Su mano y al igual que Job, adorar y bendecir a Dios EN TODO TIEMPO.
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