DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

26 de mayo de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 26 de mayo

Ester, capítulo 10

Job, capítulos 1 y 2

JOB fue un hombre recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Tuvo que atravesar circunstancias muy duras: la pérdida de todos sus bienes, la muerte de todos sus hijos y luego una enfermedad en su propio cuerpo. Sin embargo, dice la Biblia que Job adoró a Dios en medio de su profundo dolor y bendijo Su nombre (Job 1:20-22).

Job amaba a Dios por lo que El era, y no sólo por las bendiciones que recibía de Su mano. Por eso se mantuvo firme en la adversidad.

Si buscamos a Dios sólo para ser bendecidos, en los momentos de prueba y dificultad perderemos la fe...

No miremos las manos de Dios, busquemos Su rostro. Que Su presencia sea la alegría de nuestro corazón. Para que en las horas duras podamos aceptar lo que viene de Su mano y al igual que Job, adorar y bendecir a Dios EN TODO TIEMPO.

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