DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

27 de mayo de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 27 de mayo

Job, capítulos 3 al 5

Algunos amigos se enteraron de todo el mal que le había sobrevenido a Job, y decidieron ir a verlo para 'consolarlo y acompañarlo en su dolor'. Pero estando junto a él, comenzaron a hablar y a interpretar lo acontecido según el entendimiento que cada uno tenía. Y al fin, las palabras y opiniones de estos amigos en vez de confortarlo, agobiaron y atribularon aún más al pobre Job.

Cuántas veces examinamos de manera equivocada la vida de nuestros hermanos que están siendo probados en su fe, o quebrantados. Qué rápidos somos para opinar, acusar y juzgar según nuestro razonamiento. Seamos prudentes; en vez de sacar conclusiones rápidas, inquiramos delante de Dios, y consultémosle a El para poder comprender. No somos jueces de nuestros hermanos. Sólo Dios es juez justo.

"Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidamos no poner tropiezo u ocasión de caer a nuestro hermano." (Romanos 14:13)

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