DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

25 de abril de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 25 de abril

1 Crónicas, capítulos 5 al 7

"En medio de la batalla clamaron a Dios. Y Dios los ayudó porque confiaron y esperaron en El." (1 Crónicas 5:20)

La vida de cada cristiano es como una batalla; no contra la gente, sino contra los deseos impuros de nuestra naturaleza (1Pedro 2:11), y contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo y huestes espirituales de maldad. (Efesios 6:12)

Cada día debemos protegernos con toda la armadura que Dios nos ha dado para poder estar firmes contra los engaños de nuestro adversario el diablo y poder soportar con valor cada lucha.

Tomemos la armadura de Dios, para que podamos resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estemos firmes:

- Mantengámonos firmes, revestidos de la verdad y vestidos con la coraza de justicia.
- Estén nuestros pies calzados y siempre listos para salir a anunciar el evangelio de la paz.
- Sobre todo, tomemos el escudo de la fe para poder apagar todos los dardos de fuego del maligno.
- Que el yelmo de la salvación sea el casco que proteja nuestras mentes.
- Tomemos la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.
- No dejemos de orar, roguemos y pidamos a Dios siempre guiados por el Espíritu. Mantengámonos alerta, sin desanimarnos, y oremos también por todo el pueblo de Dios. (Efesios 6:13-18)

"Sigamos la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
Peleemos la buena batalla de la fe, no dejemos escapar la vida eterna, pues para eso nos llamó Dios." (1 Timoteo 6:11-12)

Que al terminar nuestra carrera, podamos decir al igual que el apóstol Pablo:
"He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Ahora me espera la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su venida." (2 Timoteo 4:7-8)

No pierdas tu confianza en el Señor, porque tiene gran recompensa. Mantente fiel, y con paciencia sigue adelante haciendo la voluntad de Dios. Ten fortaleza en el sufrimiento, recuerda que esta tierra no es nuestro hogar... Aquí somos 'peregrinos y extranjeros', en el cielo tenemos una herencia mejor y perdurable.
No retrocedas, no te enredes en los asuntos de la vida. (Hebreos 10:34-39, 2 Timoteo 2:4)

Para los vencedores está reservado el cielo y la corona que Dios ha prometido para quienes le aman!

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